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Las fotos primero se sacan con los ojos para luego, mediante la cámara, inmortalizarlas en papel (o en un archivo digital). La diferencia radica en que la visión no tiene límites establecidos (o se ignoran) mientras las cámaras fotográficas sí y dichos límites, conocidos como bordes, serán el marco de todas tus fotografías.
La forma en que utilices dicho limite a la hora de encuadrar (componer) tus fotografías puede que cambie radicalmente las sensaciones que tus fotos trasmiten, por lo que conocer los secretos del encuadre se convierte en casi una obligación.
Las fotos primero se sacan con los ojos para luego, mediante la cámara, inmortalizarlas en papel (o en un archivo digital). La diferencia radica en que la visión no tiene límites establecidos (o se ignoran) mientras las cámaras fotográficas sí y dichos límites, conocidos como bordes, serán el marco de todas tus fotografías.
La forma en que utilices dicho limite a la hora de encuadrar (componer) tus fotografías puede que cambie radicalmente las sensaciones que tus fotos trasmiten, por lo que conocer los secretos del encuadre se convierte en casi una obligación.
En el artículo te contaré no solo que es el encuadre y los distintos tipos de estos, sino que además aprenderás en que situaciones conviene utilizar uno u otro de modo de potenciar los mensajes y sensaciones que estas trasmiten. No te lo puedes perder!
¿Qué es el encuadre?
El encuadre, en fotografía, hace alusión a la porción de la escena que como fotógrafo, utilizaras para tus fotografías. Es decir, que proporción de la escena vas a capturar en una fotografía. Imagínate al encuadre como el escenario en donde transcurren tus fotos.
El encuadre es un elemento fundamental a la hora de construir las fotografías ya que, los bordes de la foto, que casi siempre son rectangulares, ejercen una gran influencia en el contenido de la misma y en los mensajes y sensaciones que transmiten.
La forma en que utilices los bordes del encuadre para distribuir los elementos (componer) dentro de este, darán fuerza o no a tus fotografías. Sacarle el jugo al encuadre dependerá de dos cosas: la primera, tus conocimientos en composición y la segunda, la experiencia que obtendrás foto a foto.
Básicamente hay tres formas de encuadrar:
- Planeas con anticipación el encuadre, para una vez decididos todos los elementos a incluir en tu fotografía, ajustar los parámetros de la cámara para la toma.
- Compones la fotografía mientras encuadras, es decir, decides que elementos incluirás o no en tus fotografías en el instante previo a oprimir el disparador.
- Tomas la fotografía para luego, re encuadrarla en el ordenador.
Distinguir las distintas formas de realizar un encuadre no significa menospreciar un método por sobre el otro. Lo más probable es que, dependiendo de cada situación, utilices uno u otro método, de acuerdo a las posibilidades que el tipo de fotografía que estés haciendo te permita.
En la fotografía de naturaleza, por ejemplo, es más importante lograr tomar la fotografía de esa especie de pájaro poco común, que preocuparte por realizar el encuadre antes de la toma o re encuadrar luego de esta. De hecho, en la fotografía de vida silvestre la gran mayoría de los encuadres se realizan luego en el ordenador.
Dinámica del encuadre
Al recorrer una escena a través del visor, podrás notar como comienzan a aparecer en él, infinidad de posibles fotografías, las cuales serán más o menos atractivas dependiendo de cómo las encuadres.
Dependiendo de cuales sean los elementos que desees incluir en tu fotografía y en como los relaciones con los bordes del encuadre, estos tendrán una mayor o menor influencia en la imagen final.
Recuerda que, como te comente en el artículo “16 formas de dar protagonismo a tus sujetos”, la mirada del observador siempre busca ser guiada a recorrer una fotografía: el encuadre y las líneas, explicitas o no, le marcaran el camino a recorrer a los ojos al tiempo que refuerzan los mensajes y ayudan a trasmitir mejor las sensaciones.
Presta atención a los siguientes ejemplos:
El modo en que han sido dispuestos los elementos dentro del encuadre no es casual: los bordes horizontales y las líneas verticales han contribuido fuertemente al diseño final de las fotografías, generando mayor impacto en los espectadores.
Para hacerlo, los fotógrafos Mikel Ortega y A. González-Alba, han utilizado tanto los bordes laterales como las líneas diagonales y los ángulos que estos forman entre sí, de modo de generar tensiones que resultan muy atractivas a los ojos de los observadores.
Fíjate en la siguiente foto:
Como veras es la misma situación que en la del ejemplo del pescador de gorro rojo, pero esta vez, el encuadre utilizado ha sido distinto. En este caso, las líneas paralelas del suelo y la caña respecto del borde del encuadre no crean tanta tensión atractiva como en el ejemplo expuesto anteriormente. Si te fijas, no solo cambio la forma de aprovechar los ángulos sino que también, el autor, se ha inclinado por un formato de encuadre distinto: el cuadrado.
Formato del encuadre
Como ya has visto, los bordes del encuadre y la proporción de estos tienen una gran influencia, no solo en la forma que adquiere la fotografía final, sino también en las sensaciones que le genera al espectador.
El formato del encuadre cumple la función de separar a la imagen de todo lo que la rodea, es decir, la encuadra, de modo de que puedas controlar su composición. Dependiendo de que sea lo que quieras trasmitir, puede que un formato de encuadre te ayude más a hacerlo que otro. Pero, ¿Qué es el formato del encuadre?
Las fotografías a pesar de que pueden ser trabajadas para que adquieran sensación de profundidad, solo tienen dos dimensiones: alto y ancho. Cuando hablamos de proporción o formato del encuadre, justamente nos referimos a la relación (matemática) que existe entre el alto y el ancho del encuadre.
- Formato estándar 3:2 (Ancho x Alto): este formato es el más utilizado por los sensores de las cámaras fotográficas ya sean 35mm o no (35 mm hace alusión al ancho del sensor o película). Este formato es muy popular debido a que representa muy bien la sensación de horizontalidad de la visión del ser humano.
- Formatos intermedios 4:3 : este tipo de formatos han ganado mayor protagonismo en los últimos años con la creciente popularidad de las cámaras digitales y a la sensación “más natural” que ofrecen sus imágenes. A pesar de ello, en lo que a composición respecta, al no haber una dirección tan dominante (es menos marcada la diferencia entre el ancho y el alto del encuadre), no resultan tan cómodos para a la hora de disponer los elementos en la escena. A pesar de ello, son más flexibles a la hora de disparar.
- Formato cuadrado: la relación en este tipo de encuadre es de 1:1, es decir, que tanto el ancho como el alto son iguales. Muy pocas cámaras fotográficas permiten disparar de forma nativa en este formato, pero tú puedes simularlo recortando la foto en el ordenador, es decir, re encuadrándola luego. Es un formato inusual debido a que, hay pocas escenas que se presten a dicho formato. ¿Cómo sacarle el jugo? Aprovechando la sensación de simetría y equilibrio perfecto que trasmiten, para luego romperla a la hora de disponer los elementos, o bien aprovechando dicho equilibrio y potenciarlo.
- Panorámica: este tipo de imágenes, como te podrás imaginar, son aquellas en las que el ancho del encuadre es mucho mayor a su alto. Este tipo de formato permite crear un marco horizontal, que se corresponde con la línea del horizonte, que resulta ideal para las fotografías de paisajes. En la mayoría de estas escenas, la longitud de la escena es clave, mucho más aún que la profundidad que puedan llegar a trasmitir.
Orientación
Seguramente, gracias a tu ojo fotográfico y a tu instinto por la estética, sin que te des cuenta, te habrás dado cuenta que, en ciertas situaciones es más estético tomar una fotografía con una orientación vertical y en otras situaciones, utilizando una orientación horizontal.
La orientación del encuadre es justamente eso, la orientación vertical u horizontal que le darás al encuadre (tu cámara y su sensor) al momento de tomar tus fotografías. A continuación nos detendremos a ver cada uno de ellos:
Encuadre horizontal: dependiendo de cómo pretendas disponer los elementos presentes en una determinada escena, una orientación horizontal puede ser más efectiva que una vertical: si lo que quieres es trasmitir sensación de estabilidad o bien, los elementos a retratar están dispuestos de manera horizontal, lo ideal es utilizar dicha orientación ya que es muy cómoda a la hora de componer.
Si te fijas, los monitores, los televisores y un sinfín de los medios visuales que te rodean, tienen orientación horizontal. Esta orientación es la más común, probablemente, porque el sensor de la cámara fotográfica está orientado de la misma manera, por lo que resulta la posición más natural a la hora de tomar una fotografía.
Encuadre vertical: este tipo de encuadres, a diferencia del anterior que proporciona imágenes más estables, proporcionan más fuerza a aquellas fotografías cuyos elementos también respetan dicha orientación, como por ejemplo, un retrato (las personas somos más altas que anchas).
Si prestas atención, la gran mayoría de las revistas, las publicidades y en todo lo referido a moda, este tipo de orientación es la más utilizada.
La decisión de adoptar una u otra orientación dependerá del mensaje que quieras trasmitir con tus fotografías. Cuando utilizar uno u otro dependerá básicamente de tu experiencia como fotógrafo, por lo que cuantas más fotos tomes y más tiempo le dediques a analizar los resultados, mejores decisiones tomaras. Como ejercicio, te recomiendo que, en una misma escena practiques las distintas orientaciones para luego ver cómo funciona una u otra a los ojos del espectador. Eso si, antes te recomiendo que le eches un vistazo al siguiente artículo: “9 Consejos y Trucos Para Mejorar Tu Composición Fotográfica”.
Presta atención a la siguiente fotografía: ¿Qué sensación te produce?
La clave a la hora de seleccionar un encuadre es: el equilibrio. Lograr fotografías equilibradas es lo que te motivará a la elección de uno u otro encuadre, siempre, dependiendo de la situación que intentes fotografiar y los elementos que desees utilizar en tus fotos. Eso sí, siempre ten en cuenta que el equilibrio depende de ti: ¿Te animas a romperlo?
Re encuadres
Tal como su nombre lo sugiere, re encuadrar es una “técnica” que hace alusión a, una vez tomada una fotografía, trabajarla en el ordenador o en el estudio para lograr el encuadre deseado. Es decir, que primero se toma la fotografía y luego se busca el mejor encuadre.
Si bien puedes realizar varios encuadres en una misma escena, el re encuadre hace referencia a re encuadrar una vez la fotografía ha sido tomada. A continuación veras como de una sola toma, realizada por el fotógrafo Julio Codesal, puede luego de re encuadrarla adquirir mayor o menor fuerza dependiendo de que sea lo que quieras comunicar:
La fotografía original de una pequeña cabaña ha sido encuadrada de modo de que se pueda apreciar el color del cielo y al tiempo que se utilizó la pequeña casa y el suelo, como un elemento de anclaje que le de sustento y estabilidad a la imagen. Para ello, se utilizó un horizonte relativamente bajo, de modo de enfatizar los colores del cielo. La escena da una sensación de soledad y paz muy bien trasmitidos en la misma.
Re encuadre (1): si dentro el encuadre original re encuadras la fotografía utilizando una orientación vertical, el peso tonal del cielo y sus nubes es aún mayor, por lo que una buena opción seria, manteniendo al cielo como elemento clave, mantener el horizonte más bajo aun que en la fotografía original. Al re encuadrar, intenta mantener la esencia de la fotografía valorando los elementos más interesantes de estas y ubicándolos nuevamente.
Re encuadre (2): si quieres darle aun mayor protagonismo al cielo, un re encuadre de este tipo puede funcionar muy bien. El horizonte sea ubicado aún más bajo, de modo de estabilizar la imagen utilizando el suelo casi como borde de la imagen. Esto es conocido como “horizonte de base”. Para contrarrestar el peso de ubicar a la cabaña tan baja a la izquierda, casi que obliga a utilizar una gran porción de cielo a la derecha de esta. Nuevamente se han intentado respetar los elementos principales de la escena original.
Re encuadre (3): en esta ocasión, se ha cerrado el encuadre y pero manteniendo en gran medida las proporciones originales. De este modo, el suelo y la cabaña ganan mayor protagonismo en la escena. El horizonte se ha ubicado lo más arriba posible, dentro de lo que la escena permite, de modo de ignorar una gran porción de cielo y concentrar la atención en la cabaña.
Aprende a potenciar tus encuadres
1-Llena el encuadre
Aunque no lo notes, al momento de tomar una fotografía de un sujeto u objeto te preguntas ¿incluyo parte del entorno o no? Esta pregunta es fundamental ya que la elección que tomes influirá mucho en el resultado final. Cuanta más porción del encuadre ocupe tu motivo, mayor protagonismo tendrá y podrás también capturarlo en todo su esplendor (con muchísimo detalle). Ahora bien, quizás el entorno hace a la fotografía y la relación del motivo con este refuerzan el mensaje que esta trasmite, como puede ser una fotografía de un transeúnte y la ciudad de fondo como marco.
Dependiendo de las sensaciones que quieras lograr trasmitirle al espectador, deberás de optar por una u otra opción: si el entorno es importante deberás trabajar tú encuadre (utilizar los ángulos, las líneas, etc) de modo de potenciar el mensaje o si deseas que el sujeto domine toda la escena acércate a él, pero ten en cuenta que la forma de este influirá en el encuadre que vayas a utilizar. La decisión es tuya ¡Anímate a tomarla!
Tomar la decisión correcta no te será un problema después de leer los siguientes artículos: “16 Formas de Dar Protagonismo a Tus Sujetos” y luego de analizar las fotografías del “Reto Semanal 53: Rellena El Encuadre”.
2-Trabaja la ubicación de los elementos:
La decisión de ubicar a tus sujetos en uno u otro lugar dentro del encuadre es fundamental. Ya sea que llenes el encuadre con este o no, el lugar que le asignes dentro del mismo debe de resultar agradable para el espectador, es decir que la posición de este debe estar en armonía con el resto de la escena.
En fotografía, disponer los elementos presentes en una determinada escena dentro del encuadre es conocido como “componerla foto”. Las composiciones artísticas, ya sean en pintura o en fotografía, están basadas en reglas matemáticas, proporciones y métodos que son “agradables” a la vista. Dichas reglas te ayudaran a guiar la mirada del espectador hacia aquellos puntos del encuadre que, por instinto visual, son de mayor interés y que si sabes explotarlos, pasaras de tomar una mera foto a capturar una excelente fotografía.
Si quieres volverte un maestro en ello, no dejes de leer “9 Consejos y Trucos Para Mejorar Tu Composición Fotográfica”. Pero como dicen por ahí “Las reglas están para romperse”, por lo que una vez que las domines, no tengas miedo, transgredirlas también es un arte.
3-Divide el encuadre:
Al momento de disponer los elementos dentro del encuadre, tienes un sinfín de posibilidades, tantas como se te puedan llegar a ocurrir, aunque no todas resulten tan interesantes y atractivas a los ojos del espectador.
Las divisiones más interesantes dentro del encuadre son aquellas que permiten establecer una relación bien definida entre ellas. Dichas divisiones del encuadre hacen referencia a la proporción que ocupa cada elemento dentro del encuadre y a la forma en que los mismos deben de ser ubicados para lograr el mayor impacto visual pero sin romper la armonía de la fotografía.
No te preocupes, no debes de hacerte de una escuadra y un compás para tomar tus fotos, solo basta que entrenes la mirada para que esta se familiarice con las distintas proporciones que puedes utilizar a la hora de hacer tus fotos. Unas de las proporciones más conocidas son:
• Proporción áurea: esta proporción es una guía que te permitirá disponer los elementos dentro del encuadre de un modo muy armónico y agradable a la vista. Este tipo de proporción, al estar presente permanentemente en la naturaleza, te permitirá obtener fotografías muy naturales y que generen “comodidad” en tus espectadores. Si no lo conocías no te preocupes, consiente o no de ello, constantemente compones tus fotos utilizando estas proporciones ya que es muy intuitiva y natural.
• Regla de los tercios: esta regla es una de las reglas más básicas a la hora de disponer los elementos dentro de tus encuadres. La misma consiste en dividir al encuadre en tres tercios iguales de forma horizontal y vertical. De este modo, en la intersecciones de las líneas quedaran formados 4 puntos imaginarios que son los puntos fuertes de interés dentro de una fotografía. Como podrás darte cuenta, el centro a pesar de ser el lugar obvio en el cual uno ubicaría a un elemento dentro del encuadre, no es uno de los puntos de mayor interés para la vista dentro del encuadre.
4- Ubica el horizonte en el encuadre:
La posición de la línea del horizonte dentro del encuadre es más importante de lo que puedes imaginarte. De acuerdo a la altura que le asignes, una fotografía puede trasmitir una u otra sensación dependiendo de los otros elementos presentes en la escena. Una línea del horizonte muy alta (menor porción de cielo) le dará mayor importancia y peso a todo aquello que se encuentre por debajo de ella, y por el contrario, una línea del horizonte ubicada en una posición más baja, dará mayor sensación de estabilidad, funcionando como “base” y equilibrando el encuadre.
De todas maneras, la posición exacta del horizonte depende de muchos otros factores como pueden ser: equilibrar la fotografía de acuerdo al brillo y colores del cielo (ver ejemplo de del punto re encuadre), lo atractivo del cielo por sobre el suelo, la dinámica total de la escena gracias a las nubes y sus formas, el contraste, los elementos del primer plano, etc. Todo dependerá de las circunstancias de la fotografía, del mensaje que quieras trasmitir y por sobre todas las cosas, de tu gusto personal.
5- Encuadrar dentro de un encuadre:
Hay una regla en la fotografía que casi asegura el éxito: “los cuadros dentro de cuadros”, es decir, no solo aprovechar los bordes de la fotografía, sino que a su vez dentro, nuevamente enmarcar otra escena. Al dibujar un nuevo borde alrededor de la imagen principal, crearas un marco interno muy atractivo a la vista que le dará al espectador la sensación de organización, estabilidad, orden y control. Este nuevo límite evita que la imagen “llegue” hasta los bordes del límite exterior (fotografía). Este nuevo marco concentrará aún más la mirada del espectador en aquello que se encuentre dentro de él.
¿Qué estas esperando para salir a sacarle el jugo a tus encuadres? Si te ha gustado el artículo, no dudes en comentar y compartirlo! Gracias!
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